Es común ver en medios frases como “demanda penal”, pero esto genera confusión. Denuncia, demanda y querella son conceptos distintos que se usan en contextos legales diferentes.
En un sistema donde el lenguaje jurídico ha sido poco accesible, muchas personas creen que denunciar y demandar es lo mismo. Sin embargo, la demanda pertenece al ámbito civil, mientras que la denuncia y la querella son formas de iniciar un proceso penal. Comprender estas diferencias mejora nuestra relación con el sistema de justicia y puede ser útil si necesitamos reportar un delito.
¿Qué es una demanda?
La demanda es una acción legal que se presenta ante un juez en el ámbito civil. Aquí no se trata de un delito, sino de un conflicto entre personas que puede haber causado algún tipo de daño, como incumplimientos de contrato, temas familiares, disputas por herencias o deudas. La persona que presenta la demanda busca una reparación del daño, que puede ser económica o de otro tipo, pero no se está acusando un delito penal.
Por ejemplo, si alguien te debe dinero y no te quiere pagar, puedes presentar una demanda civil para que un juez lo obligue a saldar la deuda.
¿Qué es una denuncia?
La denuncia se refiere a hechos que podrían ser un delito. Es un acto mediante el cual se informa al Ministerio Público sobre una posible conducta delictiva. Esta acción inicia un proceso penal, no civil.
Pero no todos los delitos se tratan igual. En México, existen los llamados delitos que se persiguen de oficio: esto significa que las autoridades están obligadas a investigar aunque no exista la presentación de la denuncia de una víctima de por medio, o si la persona denunciante no quiere continuar con el proceso o incluso si no se conoce su identidad. Ejemplos de estos delitos son el homicidio, el feminicidio, la violación o el secuestro.
¿Y qué es una querella?
La querella también es un acto mediante el cual se informa sobre un posible delito, ante el Ministerio Público, pero con una diferencia clave: se necesita la voluntad expresa de la persona afectada para que las autoridades puedan investigar. En estos casos, el delito no se persigue de oficio, sino a petición de parte.
Por ejemplo, el abuso sexual, la discriminación o la violencia familiar requieren que la persona afectada acuda a presentar una querella. Si no lo hace, el Ministerio Público no puede iniciar la investigación por sí solo.
No olvides: el Ministerio Público se ocupa de asuntos penales, mientras que el juzgado civil resuelve conflictos de naturaleza diferente, como los familiares (patria potestad, alimentos) o los relacionados con cuestiones del patrimonio (deudas, contratos).
Encuentra más información sobre el proceso de denuncia en nuestra Guía práctica para denunciar un delito.
